Rusia frente a la Gran Guerra
Hacia 1914, Rusia gozaba de un gran crecimiento económico y de un próspero desarrollo industrial y poderío militar y de una estabilidad social. Rusia nunca había sido más extensa, más fuerte y más rica. Pero esto era en apariencia, porque los grandes problemas del país seguían intactos y sin resolverse. Tarde o temprano aquella situación tenía que estallar.
Ese año, Rusia le declaró la guerra a Alemania. Las sucesivas derrotas frente a la poderosa maquinaria bélica germánica llevaron al zar Nicolás II, en 1915, a asumir el comando directo de las fuerzas armadas, a pesar de las advertencias de sus consejeros respecto de que, a partir de ese momento, pasaba a ser responsable directo de la suerte del ejército. La zarina Alexandra, esposa del zar, quedó al frente del gobierno. Su origen alemán, sin embargo, despertó las sospechas de vastos sectores de la sociedad, incluyendo a la propia aristocracia zarista.
El pueblo ruso estuvo a favor de la guerra en un principio. Pero nadie contempló que Rusia no estaba preparada para una guerra así, aunque su potencial humano fuese impresionante. Lenin estaba a favor de la guerra, pero creía que debía intentar transformarla en una guerra civil contra la burguesía, a costa de lo que fuera. Todo esto era necesario para que triunfara la revolución proletaria en el mundo.
Las derrotas rusas en la guerra y el descrédito del zar, al tomar el mando supremo de los ejércitos rusos, provocaron el resurgimiento de las tensiones sociales dentro de Rusia. El gobierno respondió con la represión. Para los alemanes esta fue su oportunidad para debilitar a Rusia desde su interior y derrotarla en la guerra.
Alemania empezó a subvencionar a revolucionarios rusos como Lenin. Los revolucionarios estaban dispuestos a firmar la paz si triunfaba la revolución, y los alemanes por eso la apoyaban. La situación era de caos total; más aún, la zarina aconsejaba al zar tener mano dura con su pueblo, “Rusia desea sentir el látigo”, aseguraba.
La guerra tuvo un fuerte impacto en la economía rusa, tanto en zonas agrícolas como industriales. Había desabastecimiento e insuficiencia de medios de transportes (los ferrocarriles eran usados para el traslado de tropas y el material bélico). Las industrias producían armamentos, generando una baja en la producción de bienes de consumo y un aumento de los precios. Como el reclutamiento de hombres era constante, la mano de obra en las industrias fue cubierta por mujeres y niños, con extensas jornadas de trabajo y bajísimos salarios. Las huelgas aumentaron.
Ante este panorama, comenzó a cuestionarse fuertemente la conducción y permanencia de Rusia en la guerra y también su sistema político. Se armaron dos grupos opositores al zar: bolcheviques y mencheviques. Los bolcheviques, querían terminar con la guerra, que Rusia se retirara, y pensaban que eran los obreros y campesinos quienes debían organizarse para derrocar al zarismo. Los mencheviques, más moderados, estaban a favor de la guerra, consideraban que Rusia debía defenderse ante la agresión extranjera, y pensaban que eran las clases medias aliadas a grupos liberales las encargadas de terminar con el zar.
Las revoluciones de 1917
El ambiente político y social estaba a punto de estallar. En febrero de 1917, comenzaron las primeras protestas, que se convirtieron en una gran huelga general. Los obreros reclamaban por el hambre que pasaban. La protesta contra la escasez de pan se había transformado en una protesta contra el zar. Nicolás II ordenó al ejército reprimir, pero los soldados también pasaban penurias y estaban agotados, por lo que decidieron unirse a las protestas. El zar ordenó suspender la Duma.
Los principales dirigentes de los partidos formaron un Comité provisional de la Duma, y establecieron un gobierno provisional que era una coalición de todas las fuerzas de oposición a la autocracia (al zar). Y los obreros y soldados formaron los soviets. Al zar no le quedó otro camino que abdicar, nadie ya estaba dispuesto a luchar por él. Este gobierno tomó medidas que hicieron realidad las peticiones de décadas anteriores: se decretó amnistía, establece libertades (de expresión, de prensa, de reunión); se derogó cualquier tipo de discriminación (por clase, religión o nacionalidad); se creó una milicia obrera para reemplazar a la policía; se implementa una jornada de trabajo de 8 horas. En cuanto a la participación de la guerra, se decidió que Rusia continuaría en ella.
La autocracia había sido reemplazada por una república cuyo gobierno provisional había hecho reformas que superaban las libertades existentes en otros países democráticos, de ahí la afirmación: “Rusia, el país más libre del mundo”. Pero la situación de este gobierno provisional era delicada precisamente porque era “provisorio”. Debía ser sustituido por otro gobierno elegido democráticamente. Lenin decide regresar en abril de 1917 de su exilio en Suiza y se puso a trabajar para lograr que la clase obrera junto con los campesinos tomaran el poder.
Fuente: www.biografiasyvidas.com
Para él, la revolución de febrero había sido sólo la primera etapa revolucionaria, la que había dado el poder a la burguesía (gobierno provisional); pero había llegado el momento de la segunda revolución, la que daría el poder a la clase obrera y al sector más pobre del campesinado. Por eso, expone sus “Tesis de abril”, documento donde exponía su programa revolucionario y su consigna “Todo el poder a los soviets”. Entre otras cosas, proponía la confiscación de tierras de terratenientes y la entrega a los campesinos, el poder del Estado sería de los soviets, la fusión de los bancos en un Banco Nacional, la firma de paz con Alemania, el cambio de nombre de su partido (de “socialdemócratas” a “comunistas”), etc. La ocasión era perfecta para Lenin, ya que se vivía un momento de paz social y de democracia, nadie podía atentar contra él y sus ideas. Recordemos que Rusia era en este momento “el país más libre del mundo”. Tras las protestas del pueblo por la continuidad de Rusia en la guerra, el gobierno provisional decide seguir adelante.
En octubre de 1917, finalmente, estalla una nueva revolución. Se tomó el Palacio de Invierno, se sacó del poder al gobierno provisional. Lenin tomó el poder, creando un Comité de Comisarios del Pueblo, encargado de las tareas de gobierno pero dirigido por él mismo y compuesto por bolcheviques. Se iniciaron las negociaciones de paz con Alemania. Se expropiaron las tierras de nobles. Se nacionalizaron las industrias y los bancos. Se crea la policía Cheka y se forma el ejército rojo. Todas estas medidas eran para controlar vastas regiones y atender el peligro contrarrevolucionario del ejército blanco, formado por generales zaristas y apoyado por las clases terratenientes.
Para más info, te dejo enlace de interés: